La Reina de La Noche昙花

La Reina de La Noche《昙花》Parte I

2018-03-11  本文已影响31人  李裕Monica

8. El Affaire Sentimental 出轨

No había vuelto a casa sino fui al teatro a la hora de salir de la Oficina del Periódico por la noche.

Por un lado, quería agradecer a Gao Jin por ofrecerme esa oportunidad de entrevistar a Chen Yunchang, y por otro motivo, también de verdad la echaba mucho de menos.

Vi desde muy lejos, dentro del teatro, a una mujer sentada en ese asiento, y por la figura sabía que era Gao Jin. Una sensación de cometer un crimen enseguida se me subió al corazón.

Fumé primero un cigarro fuera de la sala. Y no fui a buscarla a escondidas hasta que empezó el espectáculo. La razón de hacerlo así era por si me reconocieran. Un brazo extendido como una raíz de loto rosa se puso delante de mí nada más sentarme, sin duda, sabía que era Gao Jin. Mirando hacia delante, no la rechacé, ni tampoco quería rechazarla. No obstante, por lo más cuidadoso que fuese, cada uno de mis gestos y movimientos habían sido vistos igualmente por una cierta persona, o sea, ciertas dos personas en la penumbra de atrás.

Pues esta persona era Wei Hui. Estaba asimismo en la fila de esta banda de frenéticas espectadoras. En este instante, ella estaba pegajosamente con aquel Henry.

Su cuerpo era suave, en la oscuridad, y emitía un ligero olor al jabón Dove que agradaba a la gente al olerlo. Plácido Domingo cantaba fenomenal en la ópera de La Viuda Alegre. Era alto, contaba con ricas emociones y variadas expresiones dramáticas, que había dejado encaprichada a esta fanática de la ópera a mi lado. Gao Jin hasta temblaba de la emoción, en cada momento entusiasta y sobre todo cuando cantaban el tema musical de esta ópera Los Labios Se Mantienen En Silencio, e incluso me acercaba su boca a ocultas y susurrándome al oído: ¨Te voy a besar, Guan.¨ Acariciando cada trozo de su piel, si bien me quedé atónito por su impulsivo beso. Tenía verdadero miedo a ser pillado por los conocidos, por lo que la esquivaba. Acaso es cierto que el arte puede tener tanta magia como para medio enloquecer a la gente?

¨¿Le ha satisfecho a Yinzhu esa alfombra colgante que os he comprado?¨ Preguntó otra vez por esa alfombra colgante. Puse su mano en mi palma y friccionándola, sin responder, le hice señas para que esté concentrada en la actuación.

¨ Por qué no te dedicaste al canto en aquel entonces con lo bien que cantabas? ¨ Prosiguió preguntando.

¨ Deberá haber mucha gente con esta afición. Por otro lado, mi aspiración tampoco es esto. ¨

En plena oscuridad, ella agarró una vez más mi mano para dejarla sobre sus piernas, haciéndome aún más distraído mientras contemplaba la ópera. Conforme evolucionaban los argumentos, uno y otro aria resonaban por toda la sala. Esa música era tan lírica como calurosa, tan sonora como hermosa. Aquella protagonista en la escena, bajo la guía de este rey de los tenores español Domingo, bailando y llorando abrazados con él. La voz magnética había tenido mucho eco, enganchando estrechamente a cada uno de la audiencia. Y Gao Jin no podía contenerse más, descubrí mirando de reojo que ya estaba llena de lágrimas.

Al terminar la sesión, estábamos Gao Jin y yo caminando hombro con hombro por la acera mientras que Ji Hui había visto todo esto en la lejanía. Ella no me llamó, en tanto que Gao Jin me llamó para andar hacia su coche de Mercedes. Me pidió acompañarla a casa. Pensando que esta vez debería ser mi única vez de acompañar a una compañera de estudios a casa, y que no habría próxima vez, pues estaba consolándome a mí mismo de esta manera, ya que en realidad me iba a casar dentro de poco.

Tampoco tenía pinta de dejarme ir cuando llegamos a la puerta de su casa. Dijo que igualmente había adquirido una alfombra colgante de Brasil como la mía, y si me gustaría subir para comprobarlo? Otra vez no podía dejar de amonestarme a mí mismo, de que subiría sólo para tomar un café y punto, no habría otra vez. Estaba informado de que su marido junto con su hija estaban de viaje por la remota Alemania en esta ocasión. Se me empezó a aumentar infinitamente el sentimiento de culpa al pensarlo así. Tenía claro que efectivamente existía un león rugiendo en mi corazón, que me había arrastrado para atravesar ese umbral de su casa. Ya no podía resistirme a entrar, aunque estuviera un abismo sin fondo adentro.

Ella caminaba delante de mí, meneando sus caderas hacia delante y hacia atrás ante mis ojos, la imagen era vertiginosa. Nada más llegar al cuarto de arriba, sin haberme dado tiempo para ver bien aquellas decoraciones de la habitación, ya fui arrastrado por ella, o sea nos arrastramos entre sí para abrazarnos al mismo tiempo. Ella se tranquilizó al ver mi fuerte reacción, sobre todo al ver cómo le había rasgado abierta su chaqueta con fuerza fiera, mirándome de reojo como una loba:¨¿Aún quieres ver esa alfombra colgante de Brasil?¨

Asentí con la cabeza, la solté de nuevo, como la respuesta a esta súbita palabra suya.

Siguiendo la dirección señalada por su dedo, ciertamente había visto por aquí aquella alfombra colgante, y resultaba que era el idéntico modelo que el mío. Lo cual me había despierto la curiosidad, pregunté: ¨ ¿Por qué tienes el mismo apego como Yinzhu? ¿Acaso ya os conocíamos antes?¨

Se anonadó, negando precipitadamente:¨ Las mujeres solemos tener gustos más bien iguales sobre las cosas de belleza.¨

Todavía queriendo preguntarle algo más, pero ella hizo regresar inmediatamente mi cara desde la pared, Me di cuenta de que se había retirado enseguida toda la ropa restante, entonces yo pensaba que no podría controlarme—quería meterme adentro—aunque ella tuviera allí dentro lleno de zarzas. Otra vez me había desgarrado aquella manga ya cosida antes por ella cuando nos tiramos entre sí hace poco, en mi momentáneo pasmo, ella se apresuró a besarme y profirió una palabra:¨ ¡Ven, luego te la coseré!¨ Empezamos a buscar recíprocamente la entrada y la salida sin ningún escrúpulo, demandando y consagrando. En este instante, había evocado de nuevo aquella vez en Hollywood, una escena donde yo estaba encerrado en un coche en marcha, moviéndose hacia delante y hacia atrás al azar y sin parar.

Al rato, abrí mis ojos, había detectado algo más mientras observando una vez más aquella alfombra colgante en la pared.

Le hice la pregunta, ¿en serio que hay algún secreto oculto en esa alfombra colgante brasileña? Ella flexionó un poco y volvió a despistar mi atención, tornó a engancharme con sus manos extendidas, en tanto que me murmuraba al oído a hurtadillas:¨ Compañero, tu dinamismo ha sido igual que mi previa suposición. ¨

Creía que esto sólo se trataba de un amorío ocasional antes de mi boda, ojalá que todo se pasara pronto, porque mi destino no podría corresponder a ella.

上一篇下一篇

猜你喜欢

热点阅读